A veces, una impugnación en el PAN tiene más consecuencias en Morena que en el propio PAN. Lo que logró Guadalupe Leal —abrirle hueco a la paridad de género para encabezar la dirigencia municipal— se convirtió en el peor escenario posible. Porque si una mujer logró ganar con argumentos de equidad en casa ajena, ¿por qué no podría hacerlo alguna en casa propia?
¿Y qué tiene que ver eso con Morena?
Mucho. Porque el caso de Guadalupe Leal puede convertirse en un precedente incómodo para las aspirantes morenistas que hoy ven en la paridad una vía legal para disputar posiciones clave como la gubernatura o la presidencia municipal de Puebla. La sentencia del PAN, aunque ajena, ya sirve como ejemplo para otras impugnaciones. Y eso ha encendido las alertas en el partido en el poder.
Tan es así, que en Morena Puebla hay quienes están rezando para que Guadalupe no gane la dirigencia municipal del PAN. No por el PAN, sino porque quedaría como un “mal ejemplo” —entre comillas— para su propio proceso interno.
El escenario más cómodo para Morena sería que la contienda panista termine entre mujeres del mismo grupo. Por ejemplo, si Gabriela Ruiz Benítez, cercana a Manolo Herrera, es quien enfrenta a Leal, y la balanza se inclina del lado de la estructura tradicional. Eso no mueve nada en el tablero guinda.
Pero si Lupita gana, su victoria se vuelve argumento político y jurídico para muchas más. En Morena ya hay grupos que, ante la posibilidad de una contienda mujer contra mujer, comenzaron a echar lápiz para tener sus propias cartas listas. El dilema no solo será de género, sino de qué corriente impone a su candidata.
Por eso, aunque nadie lo diga en voz alta, el efecto dominó ya empezó. Y en más de un grupo de Morena, ya están agarrando las fichas antes de que les caigan encima.